2. "La más antigua obra de crítica compuesta en América de
habla española", fue en realidad la primera parte de una
trilogía, que si bien dio inicio por 1779 con el Nuevo
Luciano de Quito (o despertador de los ingenios quiteños
en nueve conversaciones eruditas para el estimulo de la
literatura), y comenzó a circular a través de copias
manuscritas, muy pronto se completó con dos obras más:
Marco Porcio Catón (1780) y La Ciencia Blancardina
(1781); trilogía en la que cada una de sus partes apoya a la
otra y cobra sentido en la medida en que critica y supera a
la anterior2. La obra descubre en una primera lectura lo que
podría denominarse "crítica cultural".
3. En las
"conversaciones", capítulos diríamos hoy en
día, abundan
las denuncias contra las ciencias mayores y el método
jesuítico de enseñar las humanidades, porque no
lograban
formar al estudiante quiteño en el adecuado uso de las
letras y no conseguían producir oradores que
hablasen sin
rodeos y ampulosidad, dando su propia significación a
cada cosa, sino más bien predicadores y
seudointelectuales
llenos de "hinchazón, pompa y fanfarronadas".
4. En otros
momentos de estas mismas obras priman elementos
referidos a la crítica de la retórica y la poesía existentes en
la Audiencia, por no producir más que "agudezas sin un
átomo de persuasiva o juicio". Apuntaba de este modo la
crítica de Eugenio Espejo a contrastar los parámetros de un
ideal centrado en lo brillante y erudito más que en lo sólido
y propio, en lo metafórico e hiperbólico más que en lo
sencillo y natural, como mediación necesaria para superar
el estilo corriente en Quito, orientado a divertir: desviar y
entretener, más que a combatir y exponer los reclamos de
un grupo emergente, con su voz y mensaje propio. En
otras conversaciones del libro se denuncia a la filosofía
imperante en Quito y a sus diversos componentes: lógica,
física, ética, metafísica; pues en vez de conducir a una
indagación exacta sobre la verdad se habían vuelto eternas
disputadoras de sutilezas despreciables e incomprensibles,
y hasta la teología es puesta entre paréntesis en la
conversación sexta, porque los maestros escolásticos la
utilizaban para sutilizar sobre las materias más augustas e
incluso para hacer carrera con el único fin de lisonjear los propios apetitos
5. Fácil será colegir la importancia asignada por nuestro autor
a la "retórica", al arte de expresarse con buen gusto, ya sea
en la forma oral o escrita y que lastimosamente había
decaído en la Audiencia, degenerando hasta en los
certámenes de navidad, sermones, arengas y actos
literarios llenos de expresiones nebulosas y ambiguas y
faltos de claridad y sencillez. Al apuntar la obra contra la
retórica vigente, lo hizo contra el pilar u orientación
directriz de la cultura en su totalidad y, socavando tal
cimiento, el edificio íntegro hubo de venirse abajo. Pero
además, al atentar el Precursor contra la columna vertebral
de la cultura de su tiempo, se vio abocado a esbozar los
prolegómenos de la cosmovisión moderna que
reemplazaría a la tradicional. La crítica y denuncia
cultural desarrollada minuciosamente en esta trilogía fue la
condición para que nuevos criterios hiciesen su entrada,
una especie de vanguardia que debía allanar el camino a un
orden inédito de constitución de la realidad cultural.
6. Como se afirma en el subtítulo del Nuevo Luciano, éste
consta de "nueve conversaciones", y la Ciencia
Blancardina de "siete diálogos", como si su autor hubiera
deseado reflejar hasta en los títulos la estructura interna de
una obra organizada en torno al género epistolar y el
dialogal, géneros que para la época constituían formas
alternativas de comunicación y de disputa del poder
concentrado en los géneros establecidos: el sermón y el
elogio fúnebre. También en este caso cabe preguntar por
el sentido de dicho enfrentamiento, por las razones que
respaldaron la utilización proficua de nuevas formas de
comunicación. Espejo además redactó el primer periódico
ecuatoriano, con lo cual dio inicio al descenso del único
medio de comunicación masiva de aquel entonces: el
pulpito. La emergencia de nuevas formas de comunicación: la carta, el diálogo, las defensas jurídicas, el
periódico y las paredes, además de superar a los géneros
establecidos y surgir de las manos de los fundadores de
una futura intelectualidad laica —entre los que Espejo
ocupa un lugar de significación dentro del marco de la
cultura hispanoamericana—, expresa la autoafirmación de
un nuevo sujeto histórico, que ha tomado conciencia plena
de su papel y lucha por el reconocimiento de su propia
"voz".
7. El Nuevo Luciano expresa, en tal sentido, a los
grupos innovadores o emergentes, particularmente a los
criollos que miraban las cosas ya con franca actitud
moderna y habrían de impulsar en adelante un vasto
proyecto de reformas. Por otra parte, la utilización del
"diálogo", de vieja data desde los tiempos de Sócrates y
Platón, pasando por los de Luciano hasta llegar a
Bouhours, y que Espejo se lisonjeaba de conocer a fondo,
tiene la ventaja de democratizar el conocimiento, al no
presentar la doctrina o contenidos a través de cansinas
disquisiciones y explicaciones tediosas, accesibles sólo a
públicos "selectos", sino más bien facilitar su comprensión
a la mayoría de la población a través de ejemplos, deberes,
rasgos y anécdotas sobre personas de carne y hueso.
8. No es el propósito, en tan corto espacio, ofrecer las
múltiples facetas y riqueza que encierra una trilogía
que
plasmó la historia más completa sobre una época de
que se
tenga memoria e incluso se proyectó más allá de su
tiempo. No se ha podido ni mencionar sus aportes al
surgimiento del pensamiento ilustrado ecuatoriano, al
humanismo del siglo XVIII, al despertar de la
problemática nacional, al proyecto autonomista e
independentista, a la universidad pública que le tocó
inaugurar al mismo Espejo.
9. En todo caso, pocos autores y
obras han gravitado tanto en la historia pasada y presente
del Ecuador, como el Nuevo Luciano, que no trató tanto de
denunciar, reformar, mejorar o sanar determinado ámbito
de la realidad bajo los parámetros tradicionales, cuanto de
mirar con nueva perspectiva la realidad en su totalidad; y
fue por este giro copernicano que la crítica de Espejo no se
limitó a la fase de denuncia, a la cual accedemos la
mayoría de los mortales, sino que fue capaz incluso de
aportar soluciones y alternativas, muchas de las cuales, si
bien no cuajaron en forma inmediata, paulatinamente
maduraron a través de sus amigos, discípulos y herederos,
hasta hacerse años más tarde realidad, en uno de los
procesos de mayor trascendencia de nuestra historia: la
Independencia de la Audiencia de Quito.