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INTRODUCCIÓN - COSMOLOGÍA Y TEORÍA DE LOS POLIEDROS EN PLATÓN (Por P. Melogno)
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cosmología
platónica trata de ofrecer una "narración verosímil" acerca de la formación
del cosmos, utilizando para
ello tanto elementos míticos (que hagan comprensible a la mayoría la adquisición
de estas "conjeturas") como doctrinas y explicaciones propias de otras
escuelas filosóficas: el pitagorismo, el atomismo (Empédocles), etc.
A diferencia de la idea de creación, prropia del cristianismo, los griegos no podían concebir que algo pudiera surgir de la nada (ex nihilo), por lo que presuponían la preexistencia de ciertos elementos (eternos o fuera del tiempo) a partir de los cuales pudiera originarse el mundo. |
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Platón,
en el Timeo, subordina su concepción cosmológica a la teoría
de las ideas: éstas son el modelo del cual participan (para ser) e
imitan las cosas del mundo sensible, y por lo tanto, también el cosmos
mismo, ya que éste también pertenece al mundo sensible:
Y puesto que todo lo que nace ha de tener una causa
de la que dependa, el cosmos precisará necesariamente de una: el Demiurgo,
Dios artesano, causa activa, inteligente y productora del cosmos.
El Demiurgo es "dios" porque es bueno y sabio, a diferencia de los hombres que sólo pueden ser filósofos. Pero, en contraposición al cristianismo, este dios no es omnipotente porque no crea el mundo a partir de sí mismo, utilizando únicamente su inteligencia y saber hacer (techné): ha de contar con tres elementos preexistentes y distintos de él: 1. Las ideas, perfectas y eternas, verdadero modelo que el Demiurgo intentará plasmar (materialmente) con su saber hacer. 2. una masa material, caótica, indiferenciada y móvil. La materia, por sí misma, no es nada más que negatividad, indeterminación, limitación. No puede ser asimilada a "material" ya que éste supone estar determinado de antemano por una idea o forma que lo haga ser algo concreto (madera, carbono, poliuretano, etc.) Todos ellos, en tanto materiales, son algo determinado, es decir, poseen de hecho una esencia (idea) que podemos identificar. 3. El espacio preexistente, receptáculo universal que albergará la diversidad de los seres generados: "Finalmente existe siempre un tercer género, el del lugar: no puede morir y brinda un sitio a todos los objetos que nacen" (Timeo, 51, c). Así pues, el Demiurgo, teniendo como modelo el mundo
de las ideas,
ordena la materia en el espacio siguiendo el Modelo
eterno, reproduciendo el mundo inteligible materialmente de la mejor
manera posible, teniendo en cuenta que ha de contar con la indeterminación
y negatividad que introduce lo material:
causa de la imperfección, el devenir, la muerte y la inestabilidad propias
de todo lo sensible. "Así, pues, el Dios, habiendo
decidido formar el mundo lo más posible a semejanza del más bello de
los seres inteligentes y de un Ser en todo perfecto, ha hecho de él
un viviente único, visible, conteniendo en su interior a todos los vivientes
que son, por naturaleza, de la misma clase que él." (Timeo, 30, c).
El cosmos es concebido como un gigantesco ser
vivo, animado por un alma
inteligente que es su principio de movimiento y de orden: el Alma
del Mundo, primera producción del Demiurgo.
De todo ello se desprende que Platón rechazara el mecanicismo de ciertos filósofos presocráticos, que explicaron la formación del cosmos a partir de causas exclusivamente materiales (fuego, agua, átomos, etc.). El Demiurgo creó el cosmos de acuerdo con un fin: las ideas, el mundo inteligible. Son estos los que explican por qué el mundo es así y no de otra manera. Su explicación teleológica considera que las ideas son la causa y el fin del cosmos: las ideas no sólo determinan el ser y el orden del mundo (puesto que son su determinación, su modelo) sino también su fin: la idea está presente como meta, fin, en "la mirada" del Demiurgo cuando éste produce el mundo. El cosmos, al ser copia del "viviente inteligible", adopta la forma geométrica más perfecta: la esfera, "la figura que contiene en sí todas las posibles". Además de esférico, es también único (No hay pluralidad de mundos, contra Demócrito) y armonioso: el optimismo metafísico en Platón se deja entrever en la afirmación de que este es el mejor de los mundos y el más bello de los posibles, creado simultáneamente con el tiempo. No hay un tiempo anterior a la creación el cosmos. El tiempo surge junto con él y es la copia móvil de la eternidad inmóvil del mundo eidético: Una vez ordenada la materia por el Demiurgo, éste produjo los cuatro elementos fundamentales a partir de los cuales surgen los cuerpos o objetos físicos: fuego, aire, agua y tierra. Todos ellos se corresponden con una figura geométrica regular: el tetraedro (fuego), el octaedro (aire), el icosaedro (agua) y el cubo (la tierra). Esta concepción toma como modelo las teorías pitagóricas de los poliedros. IR A LA SECCIÓN: COSMOLOGÍA Y TEORÍA DE LOS POLIEDROS DE PLATÓN (Texto de Pablo Melogno).
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