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2010_Redes sociales: preposiciones y alguna proposición
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Camacho& Murua                  “Redes sociales: preposiciones y alguna proposición”                     EDUTEC 2010

Redes sociales:

preposiciones y alguna proposición

Autores

Iñaki Murua

HABE (Helduen Alfabetatze eta Berreuskalduntzerako Erakundea-Instituto para la Alfabetización y Reeuskaldunización de Adultos. Eusko Jaurlaritza-Gobierno Vasco)

i-murua@habe.org

Mar Camacho

Universitat Rovira y Virgili

mar.camacho@urv.cat 

 Abstract

 La presencia de las redes sociales en todos los ámbitos de nuestra sociedad es cada vez más ubicua y latente. Su impacto y presencia en la vida de nuestros y nuestras estudiantes hace de aquéllas un elemento esencial a considerar en cuanto a su uso educativo y su incorporación en los procesos de enseñanza y aprendizaje. En un momento en el que se puede aprender en cualquier parte, como dice Siemens, y donde las fronteras entre aprendizaje formal, informal y no-formal se diluyen cada vez más, se plantea necesario llevar a cabo una reflexión respecto del impacto real y repercusiones que las redes sociales van a suponer en el ámbito educativo.

 

Nos parece que puede ser interesante unir algo que tuvimos que aprender de memoria en nuestra niñez, y que es posible que aún recordemos, como son las preposiciones castellanas,  con lo que nos está tocando aprender para movernos con cierta soltura en la vida en estos primeros años del siglo XXI, en estos tiempos líquidos o tiempos de C (de comunicar, cooperar, compartir...) Así, trataremos de desgranar distintas proposiciones y reflexiones con las preposiciones como hilo conductor desde nuestra triple perspectiva de personas usuarias, formadoras y madres-padres.

Palabras clave

Eje temático

Compartir y colaborar en red



Texto de la comunicación: “Redes sociales, preposiciones y alguna proposición”

“El uso de las redes sociales para el aprendizaje significa un cambio fundamental en el rol que diferentes recursos son integrados para gestionar procesos de enseñanza y  aprendizaje. Por otra parte, el proceso de enseñar, lejos de ser una mera transmisión de datos, se convierte en un ejercicio colaborativo de compilación, orquestación, mezcla e integración de información y datos en construcción de conocimiento”  (Educause, 2007).

“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.” (Alvin Toffler)

Ante

¿Cuál debe ser la actitud ante las redes sociales de padres/madres y profesorado? Tengamos en cuenta que a tenor de la investigación de Merino (2010) “los jóvenes usan con gran naturalidad y de forma lúdica las nuevas tecnologías porque han sido socializados en contextos tecnologizados a través de procesos de auto-aprendizaje y conocimientos informal”, de modo que se han incorporado a su realidad cotidiana. Esta visión transparente de las tecnologías es, además, creciente a medida que decrece la edad. Al tiempo, “el 83% de los jóvenes de entre 14 y 22 años participan en alguno de estos sitios de socialización en España” (Vila, 2010)

Frente a esta realidad, a tenor de la  investigadora citada en el párrafo anterior, puede considerarse la posibilidad de que se genere una brecha generacional. Y es que generalmente los  profesores suelen ser conservadores a la hora de integrar nuevas prácticas educativas (Vila, 2010). Así pues, conocer de qué manera  funcionan las redes sociales nos brinda la posibilidad de acercarnos a nuestros alumnos y usar metodologías de enseñanza-aprendizaje adecuadas y más en sintonía con su realidad.

Desde el punto de vista de los padres y madres, podemos plantear si es preciso figurar en los mismos sitios que hijos e hijas. Pensamos que no es indispensable, y de hecho, hay que ser consciente del modo en que entienden dichos espacios; hay quienes consideran las redes sociales como herramienta de relación para jóvenes y les extraña que haya adultos (Merino, 2010) Nuestra experiencia nos indica que hijos e hijas pueden compartir esos entornos, pero les gusta tener sus espacios de libertad y de relación con sus amigos y amigas, tal y como sucede en el mundo presencial. Experiencias de construcción de identidades falsas como forma de controlar a los hijos, que en su momento incluso han salido a la luz, no nos parecen adecuadas.  

Por el contrario, sí nos parece que deben ser conocedores de los entornos y redes en que se mueven sus hijos e hijas; participar de las mismas redes si lo admiten, acompañarlos, pedirles consejo o dárselo si es el caso, intentar ser conscientes tanto de las enormes posibilidades que ofrecen como de los riesgos que pueden existir...  

En todo caso, es, a nuestro juicio, recomendable actuar desde la  prudencia y el sentido común como salvavidas en las aguas de las redes sociales (Murua, 2010a). No olvidemos que las redes sociales siempre han existido,  mediadas con la tecnología al uso de cada época; la cuestión es que las posibilidades de relación se han multiplicado en estos últimos tiempos, en la medida que se superan límites espacio-temporales de antaño.

Bajo

        ¿Debe estar todo bajo control?

El concepto de red social concentra diferentes plataformas tecnológicas que fomentan tanto el intercambio y la colaboración entre los usuarios pero que despiertan a su vez numerosas inquietudes, en especial en padres y madres poco alfabetizados y también por parte de instituciones, que ven como poco a poco van perdiendo el control de sus estudiantes para dejarlos a merced de un aprendizaje mucho más abierto y personalizado.

 

Diversos ejemplos en la literatura reciente ofrecen puntos de vista diferentes respecto de la concepción de las redes sociales y su uso. En este sentido,  Hart (2008) entiende el uso de las redes sociales desde la institución y distingue herramientas consideradas emergentes para el aprendizaje y seleccionadas por los profesionales en educación. Sin embargo, otras voces entienden que el uso de las redes sociales debe venir desde fuera de la institución; según Attwell (2007): “el PLE (personal learning environment o entorno personal de aprendizaje) se compone de todas las diferentes herramientas que utilizamos en nuestra vida diaria para el aprendizaje”. A juicio de Downes (2010): “es un entorno que permite a cada persona administrar sus conexiones. El conjunto de dichas conexiones se conoce como conocimiento. Por lo tanto, PLE es un entorno que permite a cada persona manejar su conocimiento.”

 

¿Qué herramientas proporciona la institución para que tanto alumnos como profesores construyan sus entornos personales de aprendizaje? Es importante conocer si la institución ofrece un abanico amplio de herramientas que permita un desarrollo óptimo de los PLE o ver si por el contrario, las herramientas proporcionadas limitan la creación del PLE por parte de los usuarios y usuarias.

En el caso de las redes, ¿hay que tener a los alumnos/hijos bajo control o dejarles gestionar sus espacios personales de aprendizaje y comunicación? ¿Dónde empieza la formación para que el uso de las redes sea significativo y favorezca procesos de aprendizaje enriquecedores? En el caso de los padres y madres, ¿dónde encuentran información con la que resolver las dudas de sus hijos y orientarles en un buen uso de las redes? (registro, acceso, opciones de seguridad y  privacidad...) Trataremos de dar algunas pistas al respecto en apartados posteriores.

Con

El aprendizaje tiene lugar constantemente, como dice Siemens (2005). Ahora bien: ¿se puede aprender con / mediante las redes sociales? El proceso metacognitivo que conlleva el uso de redes sociales permite al alumnado ser mucho más consciente de los recursos y herramientas que le facilitarán estrategias válidas a lo largo del proceso de aprender (Camacho, 2010); así pues, aprender ya no es equivalente a la mera adquisición de conocimiento sino en saber cómo establecer conexiones a partir de éste y establecer parámetros para su diseminación y colaboración entre usuarios.  En este sentido cabe destacar el gran abanico de medios sociales a través de los cuales no sólo se relacionarán entre ellos sino que también van a aprender.  

Por su parte, el profesorado puede publicar mediante las redes sociales sus contenidos y fomentar la comunicación con el fin de mejorar procesos de enseñanza y aprendizaje y también con la finalidad de promover un cierto compromiso social y participativo, en el que se generen sinergias colaborativas entre éste y su alumnado. Tener acceso y compartir materiales didácticos entre pares supondrá para ellos y ellas un reto así como un campo aún inexplorado para el debate y la colaboración. Una de las cuestiones básicas será  convencer a los y las estudiantes que las redes sociales pueden y deben ser utilizadas para el aprendizaje y alejarles de la premisa bajo la que relacionan red social como un espacio personal dedicado básicamente a difundir actividades lúdicas y recreativas.

Más aún, numerosos estudios avalan el hecho que el aprendizaje  a través de los medios digitales es más directo y ofrece libertad y autonomía. Los jóvenes suelen estar más motivados para descubrir cosas nuevas y afianzar los conocimientos adquiridos en la escuela.  En este sentido, el estudio Digital Youth Project llevado a cabo por investigadores de la  la Universidad de California constató que  usando las redes sociales, los jóvenes que forman parte de equipos deportivos, o de otras actividades extraescolares, se mantienen más en contacto entre sí (Vila, 2010)

Contra

A pesar de los estudios ya citados y otros que demuestran que las redes sociales realmente disponen de un gran potencial educativo, existen numerosas posturas contra éstas que no hacen más que crear desasosiego entre los diferentes agentes: jóvenes, famílias, entorno cercano, comunidad ... Un desasosiego generalmente vinculado tanto a una falta de información general como de formación específica en torno al uso de las redes sociales, tanto en contextos más educativos como personales. Incluso cabría pensar en informaciones de algún modo interesadas o alentadas por propósito no siempre claros; porque, ¿acaso no se dan situaciones peligrosas o delictivas en la vida presencial?

Por otra parte, existe otra vertiente a considerar, dado que puede resultar contraria para los procesos más formales de enseñanza-aprendizaje. Nos alerta Merino (2010) de la posibilidad de que el alumnado esté  más predispuestos a utilizar las tecnologías en actividades de aprendizaje que lo que las escuelas estás dispuestas a permitir y que ese contraste genere un sentimiento de insatisfacción respecto a las prácticas escolares.

En

¿En qué basar el comportamiento de los usuarios en las redes sociales? Existen numerosos ejemplos de uso equivocado de la red que puede conducir a los jóvenes a situaciones incómodas que generalmente vendrán dadas por el desconocimiento de sus posibilidades de uso. Es importante desde el punto de vista de padres/madres y profesorado establecer procesos de acompañamiento que permitan a la persona usuaria avanzar con paso firme en el mundo de las redes, siendo capaces de reconocer tanto las potencialidades y posibilidades que éstas les ofrecen pero también las sombras con las que se pueden topar.

¿Cómo comportarse en la red social? ¿Del mismo modo que lo hacemos en la vida real? La idea de la identidad digital, esa concepción a partir de la cual se nos conoce en la web, no tiene porqué coincidir con nuestra identidad real, pero siendo en todo caso conscientes de que toda la actividad que cada persona genera en la Red conforma esa identidad digital. Resulta recomendable desarrollar estrategias y actuaciones que permitan que los y las jóvenes puedan construir primero y compartir después su identidad digital con otros jóvenes de  manera segura y sin caer en engaños ni duplicidades. En otras palabras, “gestionar la identidad digital personal, entendida como la habilidad de gestionar con éxito la propia visibilidad, reputación y privacidad en la red como un componente inseparable y fundamental del conjunto de habilidades informacionales y digitales” (Giones y Serrat, 2010)

Es preciso investigar y compartir con ellos y ellas casos de uso indebido de las redes, (quedar de manera pública, etiquetar sin permiso, realizar comentarios fuera de tono...) En este sentido, tal y como detallaremos, las agencias institucionales de protección de datos y de seguridad en Internet ofrecen muchos recursos que hay que dar a conocer tanto desde casa como desde el entorno educativo, de la misma manera que hay que evidenciar aquellas instancias de las que se generan procesos de enriquecimiento colectivo y de buen uso de las redes sociales (posibilidad de denunciar un mal uso de la red, ejemplos de buenas prácticas, grupos de influencia a los que adherirse...)

Entre

Es importante destacar el concepto de aprendizaje entre iguales, y no solo en un marco educativo sino también en contextos informales y no formales.

Si nos fijamos en actividades y actitudes de niños y jóvenes en la Red, ¿quién les enseña a subir archivos, tales como fotos sacadas con sus móviles, por ejemplo? ¿y a etiquetar? Un salto cualitativo importante puede ser que etiquetar no solo sea poner nombres a las fotos que han colgado en su red social.

Así, y en la medida que desarrollar la madurez digital es una tarea que no solo compete a la escuela (Murua, 2010a) es importante entonces dedicar esfuerzos a enseñar a los chicos y chicas a hacer un buen uso de las herramientas que incorporan las redes sociales tales como las opciones de crear grupos, de crear diferentes perfiles, de otorgar una tipología variada de permisos a diferentes usuarios, a filtrar contenidos ...... Las opciones de privacidad son a menudo desconocidas tanto por jóvenes como por padres y madres, siendo posible fuente de inquietud.

Pero, al mismo tiempo, la enseñanza y el aprendizaje en contexto informal también parece existir entre diferentes. Diversos estudios (Garitaonaindia y Garmendia, 2007; Merino, 2010) hablan ya de la existencia del aprendizaje informal que se da entre padres e hijos y que es básico valorarlo si queremos optimizar las posibilidades y potencialidades de las redes sociales como herramientas educativas y de comunicación.

Hacia

         Trataremos de mirar hacia adelante, de ponernos las lentes prospectivas, para poder dar unas pinceladas sobre cuál puede ser el futuro, si bien es cierto que los cambios se van produciendo de manera vertiginosa en estos tiempos calificados como líquidos o como tiempos de C: de comunicarnos, de compartir, de cooperar (Murua, 2010b). Más aún, Lara (2010) apunta que “Internet se escribe con C”.

Un  dato que puede resultar clarificador de la rapidez de los cambios; en un estudio realizado en 2007 (Garitaonaindia y Garmendia, 2007) no aparecen las redes sociales entre los usos habituales de los y las jóvenes en Internet, mientras se cita profusamente el uso del messenger. A tenor de la segunda oleada del estudio Observatorio de Redes Sociales (2010), la presencia en messenger sigue siendo importante (el 91% de los usuarios entre 16-18 años) pero cerca está la presencia en las redes sociales: un 86% del mismo grupo de usuarios participa en la red Tuenti.

Incluso podemos pensar en soñar; lo que hoy nos pueda parecer irreal o de ciencia ficción, es posible que pueda ser de uso común en un futuro más o menos cercano. Nos pone un ejemplo al respecto Atrio (2010): objetos que aparecían en la serie Star Treck allá por los años 60 del siglo pasado, son hoy realidad, tales como el i- pad, los ordenadores personales o las memorias portátiles.

Reig (2010), en gráficos que ella ha adaptado de Nova Spivack, presenta lo que se venido a llamar web 3.0 y web 4.0.  Así, podemos observar el paso de lo que denomina como era del PC, en la década 1980-1990 hasta la web 4.0, en la década de 2030-2040, pasando por la web social, la 2.0, próxima a ser superada a tenor de lo  que recoge en cuanto a tiempos. En otra visión, vemos la evolución desde las aulas virtuales y la digitalización a los entornos virtuales y el paso posterior a los PLE (entornos personales de aprendizaje), ya citados en esta comunicación, proceso en el que aumentan las conexiones entre las personas y, por tanto, en las que cabe pensar que tendrán un importante rol las redes sociales.

Parece, asimismo, que es necesario tener en cuenta el gran impacto de las tecnologías emergentes sobre las redes sociales. De hecho, el uso de dispositivos móviles inteligentes aumenta cada día y no cabe dudar de la creciente importancia de este tipo de tecnología.

En todo caso, al margen de dudas como si explotará un burbuja 2.0, como en su día paso con lo punto com, de qué se cumplirá de los vaticinios en el escenario de crisis, convendría fijarse en, al menos, tres aspectos al reflexionar sobre lo que cambiará; además de la tecnología, tenemos las personas participantes y los valores.

Hasta

        Ver tras.

Para

¿Cuáles son los objetivos del uso de las redes, de los sitios de redes sociales, del software social? ¿Para qué?

A la vista de los datos que nos aportan los distintos estudios y referencias consultados, a diferencia del uso que las personas adultas, en el que la finalidad es la razón básica del acercamiento a Internet, el aspecto lúdico, el ocio y el contacto con otras personas que ya conocen o tratan de conocer, es preponderante entre la juventud, y cabe pensar si los y las jóvenes son conscientes de las potencialidades de los instrumentos que tienen a su disposición. En la línea que apunta Bullen, citado por Durall (2010), “habría que tener cierta cautela a la hora de dar por sentado los saberes y valores que se tienden a atribuir a las generaciones más jóvenes”

Sin embargo, es un campo en el que podemos incidir, no sólo desde la enseñanza no formal o informal, sino desde planteamientos más estructurados y planificados en los que se trabaje la alfabetización, porque, volviendo a lo que apunta Durall, el uso continuado no equivale a estar alfabetizado digitalmente.

Según

No pertenecemos al mundo del derecho, pero bien sabemos de las repercusiones de leyes como la de protección de datos. Más aún, si nos fijamos en documentos tales como las distintas guías legales editadas por el Observatorio de la Seguridad de la Información del Inteco, Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación, podremos comprobar que según las distintas leyes en vigor, existe un nivel de protección, de las personas en general,  y de los y las menores en particular, en los usos de Internet y los sitios de redes sociales.

        De todos modos, más allá que según la legislación estemos protegidos, conviene avanzar en la alfabetización digital y los procesos de toma de conciencia; en definitiva, en la  maduración también en el ciberespacio, como venimos apuntando. Por ello, lo mismo que cuando tu hijo o hija aprende a cruzar la calle por su cuenta te parece un logro, el día que te comenta que alguien sospechoso por los datos poco creíbles que aporta ha tratado de contactar con él o ella en el sitio de redes sociales y ha decidido no sólo no aceptar la solicitud de amistad sino bloquearlo, consideras que ha dado un paso importante.

Dentro del aprendizaje no formal que viene apareciendo citado en esta comunicación, pueden ser iniciativas interesantes las desarrolladas por el Inteco, con juegos, “pantallas amigas” o de la Agencia Vasca de Protección de Datos, con dibujos animados para niños y niñas de 9 a 11 años, o KontuzDatos, campaña educativa dirigida a jóvenes de 14 a 16 años, adaptada de una desarrollada previamente de manera exitosa en Noruega. En ella se juega con mezclar palabras en euskera, kontuz, cuidado, con el significado de “con tus datos”.  

Sin

A la vista de los datos que hemos ofrecido sobre usos y penetración de las redes, o mejor dicho, de los sitios de redes sociales, parece difícil que en estos momentos se pueda hablar de socialización en todos los ámbitos de las jóvenes generaciones al margen de Internet, sin redes sociales en definitiva; su extensión así lo indica.

        

        Más aún; cabría pensar en unos posibles fenómenos de marginación digital entre quienes no tengan acceso y no participen.

Tras

Nos podemos plantear una doble cuestión en relación a nuestras hijos/hijas y las redes. Por una lado, si vamos tras ellos y ellas en cuanto a usos y participación en las redes. Por otro, hasta cuándo hay que ir tras ellos.

        

Retomando el apunte que realiza Merino (2010), desde la óptica adulta, la visión sobre las tecnologías es funcional, mientras que para los y las jóvenes son una fuente de ocio, una forma de divertirse, de estar en contacto con sus amistades y conocer gente.

        

Por otra parte, a la luz del  informe ya citado  (Garitaonaindia y Garmendia, 2007: 22-23)           “da la impresión, por las declaraciones de los jóvenes, que los padres se preocupan poco y de que de se enteran bastante poco también de lo que hacen sus hijos en Internet. Su máximo preocupación y control es sobre el tiempo de uso”. El control, que les parece normal, tratan de evitarlo. Incluso, siguiendo la misma fuente, “algunos padres difícilmente pueden controlar la actividad en Internet de sus hijos, porque desconocen o están menos alfabetizados digitalmente que ellos”. Concluyen estos autores que existe, en general, una falta de control. En cuanto a los campos de preocupación de padres y madres, coincide el informe del Inteco (2009) en que es el tiempo de uso y no otras causas el motivo principal de preocupación..

Coincidimos con la opinión de que debe valorarse más la confianza que el control, y que debe ser la línea a explotar, más el estar y aprender “de” y “con” que tratar de ir “tras”.

Mediante y durante

        Mediante algunas de las preposiciones que tuvimos que aprender hemos tratado de presentar proposiciones, ideas, dudas... Bien es cierto que no sabemos durante cuánto tiempo tendrán peso específico, dada la velocidad de los cambios. Ahora bien, instistimos en recalcar que, en todo caso, lo que realmente importa son la actitud y los valores, más que las herramientas concretas, que no dejarán de ser un medio para poder relacionarnos, aprender, y, en definitiva, crecer como personas.

        Tampoco quisiéramos acabar sin señalar que esta comunicación se ha construido de manera cooperativa mediante el uso de las TIC en general, y las redes en particular, como ejemplo práctico de algunas de las propuestas que venimos realizando.


Referencias

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