WARNING:
JavaScript is turned OFF. None of the links on this concept map will
work until it is reactivated.
If you need help turning JavaScript On, click here.
Este Cmap, tiene información relacionada con: escritorio, UNIMINUTO PROYECTO EDUCATIVO proyecto educativo praxeológico de UNIMINUTO, que se propone formar“los jóvenes soñadores de Colombia, capaces de darle un rumbo totalmente nuevo al país, para lograr dirigir la República por los nuevos caminos que ella anhela y necesita” (Rafael García-Herreros). En la base de este proyecto educativo encontramos una pedagogía de inspiración humanista, fundada en la fenomenología(1). Este enfoque define la unicidad de cada persona, precisandociertas condiciones relativas a la realización de sí mismo como persona (Rogers, 1979) y, sobretodo, a la actualización, desde su experiencia práctica, del potencial humano de cada uno (Maslow, 1998) que se expresa en sus deseos; de ahí el calificativo de praxeológica. La premisa central es que en condiciones de aprendizaje óptimas, aquellas que genera, entre otras, la reflexión sobre la acción práctica, los seres humanos tenderán a realizarse plenamente y aceptarán responsabilizarse de su propio desarrollo. Es el componente base de nuestro modelo educativo que hemos llamado “desarrollo humano” o proceso de realización personal., Somos parte del mundo y nuestros modos de vivir cambian con él. Desde hace cinco décadas el mundo ha venido cambiando radicalmente; quienes vivimos hoy debemos sintonizarnos con el nuevo estado de cosas. Pero, ¿por dónde iniciar esto? Lo que daba sentido, y que heredamos de los siglos anteriores, era el deber, y eso señalaba siempre al resultado utilitario de lo vivido y no al disfrute de cada experiencia vivida; hoy, el enlace con la fuente de sentido está en el deseo; la pregunta ya no es “cómo se debe vivir”, sino “cómo quiero vivir”. Asumir que somos seres que desean y aprobar eso que palpita en nuestros deseos nos permitirá conectar con nuevos horizontes de sentido. Generará en nosotros actitudes y propuestas más amistosas con los otros y con el mundo, más interesadas en la alegría y en el goce de vivir, dando lugar a un nuevo modo de convivencia en el que nos relacionaremos con los demás desde la alianza, la inclusión y el amor, y no desde la competencia, el uso (o abuso) y la exclusión. Necesitamos aprender a hallar sentido en la alegría de vivir cada experiencia como si fuera única y eterna; así aparecerán en nosotros nuevas formas de sentir y valorar la vida cotidiana y el tiempo presente; surgirá una pasión que dará mayor valor al aquí y al ahora y que no vivirá tan pendiente del resultado, más interesada en la alianza que en el dominio sobre las personas y las cosas. Se trata de un modo de ser y de actuar que implica limitar la fuerza del enfoque utilitario productivista concebido a partir de la carencia y de la miseria, y nos permita acceder a los potenciales de bienestar que ofrece la actual situación. Para orientarnos en esta búsqueda, debemos prestar atención a nuestros deseos: ¿Qué deseamos vivir y cómo? Obvio, la pura espontaneidad no bastará para reorientar las prácticas: debemos pensar nuevos caminos, desempolvar la imaginación y la intuición para diseñar estrategias y acciones novedosas y responsables con nosotros mismos, con los demás y con el medio ambiente. Debemos aprender a no sobrevalorar lo establecido como verdadero por la educación que hemos recibido. Eso implica repensar el sentido a partir del cual percibimos ciertos modos de vivir como buenos (y los repetimos aunque no nos hagan felices) y otros como malos (sin examinar si realmente son dañinos para nuestra vida o para la de los demás). Necesitamos tomar contacto con lo que deseamos vivir, que casi siempre está atrapado por los prejuicios del mundo arcaico. Conviene que nos autoricemos a pensar y a validar proyectos y conductas que hasta ahora no nos hemos atrevido a imaginar y a desear, o que descartamos por incorrectas o imposibles apenas afloran a nuestra mente. ¿Y si fueran mejores opciones, practicables y posibles? ¿Y son precisamente esas las que nos permitirán ser auténticas personas? ???? GRANDES INTERROGANTES, SER LIBRE ???? Ahora bien, si esta diversidad de componentes que conforman la persona humana muestra su complejidad, las dialécticas que surgen entre ellos la hace aún más sugestiva y atrayente. La persona humana es una lucha permanente entre opuestos y contrastes: es corporalidad pero también es espiritualidad; permanentemente sus sentidos están confrontados a sus valores y creencias. Es individual, lo que indica su natural soledad, y sin embargo, es un ser sociable capaz de interactuar y vivir en comunidad. Es finito, su existencia es pasajera o efímera y, no obstante, siempre busca trascender, dejar una huella que supere su espacialidad y su temporalidad. La persona oscila entre el júbilo y la angustia, entre la ilusión y la desolación, entre la armonía y la beligerancia, entre el amor y el odio, entre la vida y la muerte. Cada persona es todo un universo de pensamientos, emociones, relaciones, sensaciones, sentimientos, percepciones, ideas, sueños, deseos, creaciones, que la hacen única e irrepetible. Ahora bien, si el modo de ser propio de cada persona es su potestad individual y sólo ella puede autodeterminarse, esto no quiere decir que su actuar carezca de principio alguno. Si retomamos el concepto de libertad podemos aclarar esto; la libertad es la facultad de la persona que le permite decidir actuar o no según su inteligencia o voluntad. Para que una acción sea libre, quien la realiza debe ser consciente de su actuar, debe saber lo que hace y cómo lo hace; es decir, no debe estar coaccionado por ninguna circunstancia. Puede ocurrir que uno no logre dimensionar plenamente las consecuencias de su actuar, pero eso no nos exime de responsabilidad (pues antes de actuar hay que prever las consecuencias). Así, se es libre cuando se decide, y decidir implica asumir las consecuencias de esa decisión; a esto lo llamamos responsabilidad. Dicho de otro modo, es libre quien decide y responde asumiendo coherentemente las consecuencia de su decisión., LA DIMENSION ESPIRITUAL ???? Cuando hablamos de espíritu pensamos en cosas como vitalidad, entusiasmo o fuerza interior con las que emprendemos una labor determinada. La palabra entusiasmo se define como la “exaltación y fogosidad del ánimo, excitado por algo que lo admire o cautive”; esta exaltación del ánimo puede y debe concebirse como la fuerza vital interior que mueve a la persona a actuar de tal o cual modo. Estas ideas son más propias de las culturas orientales que comprenden a la persona en unión con la divinidad, capaz de encontrarse y dialogar con Dios, capaz de encarnar a Dios. Más que razonar sobre las creencias espirituales o religiosas, se trata de constatar que en todas las culturas, en todos los lugares y tiempos se afirman las tradiciones religiosas que acompañan a los humanos. Y es que al interior del ser humano existe un sentido de trascendencia, de superar lo terreno o material. Un ejemplo que todavía sorprende a los estudiosos de la conducta humana es el modo como las sociedades primitivas sepultan a sus muertos, colocando junto al cadáver los útiles necesarios (alimentos, vestido, armas, vasijas) para el viaje que inicia hacia la eternidad. Es que la cúspide de la naturaleza humana no es el psiquismo sino el espíritu., La reflexión (el pensar por sí mismo) y la acción (las prácticas cotidianas) nos ayudan a reducir la brecha que normalmente existe entre el modo como vivimos y lo que en realidad desearíamos que fuera nuestra vida. Se trata de un proceso praxeológico(2) (reflexión y acción inseparables) que, en tanto se va consolidando (mediante la experiencia), permitirá logros mayores; por eso es importante ver, poco a poco, en cada paso de la vida, qué cambios podemos realizar, y darles la forma que corresponde. Lo que llamamos “el sentido de la vida” está en la base del modo como vivimos: es su fundamento, pero no se ve si no nos preguntamos reflexivamente por él; son los cimientos que sostienen y dan forma a la existencia, pero como cimientos no son visibles sin cierta excavación. Es importante saber que cuando nos preguntamos por el sentido de nuestra propia vida no buscamos una respuesta unívoca: lo que intentamos es entender el espí- ritu de nuestra época y señalar lo que queremos que nos ocurra en ese contexto. Sin embargo, para aclarar lo que deseamos primero hay que comprender ciertos condicionamientos culturales que subyacen bajo nuestros modos cotidianos de pensar, sentir, amar y vivir. ???? ????, a. Moral: el saber que acompaña la vida de las personas haciéndolas prudentes y justas; podemos hablar de “moral vivida”. b. Ética: la reflexión sobre la moral o la filosofía moral; en este caso se trata de “moral pensada”, que tiene tres funciones: aclarar qué es la moral, fundamentarla y aplicar a los distintos ámbitos de la vida social los resultados de las dos anteriores (en este caso es la llamada ética aplicada). La ética es, entonces, un tipo de saber práctico, es decir, uno de esos saberes que pretende orientar la acción humana de un modo racional (así, se diferencia de otro tipo de saber –meramente teórico- preocupado por conocer lo que son las cosas). Al decir que es un “tipo” de saber práctico asumimos que existen otros, como los que dirigen la acción para obtener un producto (como el caso de la técnica o el arte); en el caso de la ética, estamos hablando, pues, de un saber que pretende, no tanto lograr un objeto, sino enseñarnos a actuar bien, racionalmente, en el conjunto de toda la vida. Ahora bien, este “ense- ñarnos a actuar racionalmente”, que sería la tarea de la ética, es algo complejo, pues significa, al menos, dos cosas diferentes: ???? APRENDER A TOMAR DECISIONES PRUDENTES, Somos parte del mundo y nuestros modos de vivir cambian con él. Desde hace cinco décadas el mundo ha venido cambiando radicalmente; quienes vivimos hoy debemos sintonizarnos con el nuevo estado de cosas. Pero, ¿por dónde iniciar esto? Lo que daba sentido, y que heredamos de los siglos anteriores, era el deber, y eso señalaba siempre al resultado utilitario de lo vivido y no al disfrute de cada experiencia vivida; hoy, el enlace con la fuente de sentido está en el deseo; la pregunta ya no es “cómo se debe vivir”, sino “cómo quiero vivir”. Asumir que somos seres que desean y aprobar eso que palpita en nuestros deseos nos permitirá conectar con nuevos horizontes de sentido. Generará en nosotros actitudes y propuestas más amistosas con los otros y con el mundo, más interesadas en la alegría y en el goce de vivir, dando lugar a un nuevo modo de convivencia en el que nos relacionaremos con los demás desde la alianza, la inclusión y el amor, y no desde la competencia, el uso (o abuso) y la exclusión. Necesitamos aprender a hallar sentido en la alegría de vivir cada experiencia como si fuera única y eterna; así aparecerán en nosotros nuevas formas de sentir y valorar la vida cotidiana y el tiempo presente; surgirá una pasión que dará mayor valor al aquí y al ahora y que no vivirá tan pendiente del resultado, más interesada en la alianza que en el dominio sobre las personas y las cosas. Se trata de un modo de ser y de actuar que implica limitar la fuerza del enfoque utilitario productivista concebido a partir de la carencia y de la miseria, y nos permita acceder a los potenciales de bienestar que ofrece la actual situación. Para orientarnos en esta búsqueda, debemos prestar atención a nuestros deseos: ¿Qué deseamos vivir y cómo? Obvio, la pura espontaneidad no bastará para reorientar las prácticas: debemos pensar nuevos caminos, desempolvar la imaginación y la intuición para diseñar estrategias y acciones novedosas y responsables con nosotros mismos, con los demás y con el medio ambiente. Debemos aprender a no sobrevalorar lo establecido como verdadero por la educación que hemos recibido. Eso implica repensar el sentido a partir del cual percibimos ciertos modos de vivir como buenos (y los repetimos aunque no nos hagan felices) y otros como malos (sin examinar si realmente son dañinos para nuestra vida o para la de los demás). Necesitamos tomar contacto con lo que deseamos vivir, que casi siempre está atrapado por los prejuicios del mundo arcaico. Conviene que nos autoricemos a pensar y a validar proyectos y conductas que hasta ahora no nos hemos atrevido a imaginar y a desear, o que descartamos por incorrectas o imposibles apenas afloran a nuestra mente. ¿Y si fueran mejores opciones, practicables y posibles? ¿Y son precisamente esas las que nos permitirán ser auténticas personas? ???? GRANDES INTERROGANTES, PERSONA HUMANA SIGNIFICADO La palabra persona (del lat. persōna, máscara de actor, personaje teatral, del gr. πρόσωπον) es un concepto polisémico, es decir, sus significados son múltiples. El Diccionario de la Real Academia trae, entre otras, las siguientes acepciones: “individuo de la especie humana; hombre o mujer distinguidos en la vida pública; personaje que toma parte en la acción de una obra literaria”. En gramá- tica, la persona designa los diferentes implicados en el acto comunicativo: quien habla es la primera persona, quien oye es la segunda persona, otros involucrados constituyen la tercera persona; éstas pueden existir en singular o en plural. Para ciertos filósofos, la persona es un ser racional dotado de conciencia y libertad; otros sencillamente emplean el término para referirse al ser humano en general. Para el derecho, persona jurídica es aquella a quien se le reconoce la capacidad de ser sujeto de deberes y obligaciones., PERSONA HUMANA ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA PERSONA HUMANA LA DIMENSION ESPIRITUAL, UNIMINUTO ???? RESPONSABILIDAD SOCIAL, A esta visión autonomizante, es decir, no controladora, la pedagogía praxeológica integra elementos de responsabilidad social, como la concientización (Freire, 1997) y el compromiso que despierta a la persona y la invita a querer participar de un proyecto de sociedad fundado sobre la paz, la justicia y la solidaridad, contribuyendo profesionalmente a la construcción de comunidades autogestionarias, incluso si ello implica dejar atrás algunos de sus deseos personales. Corresponde al proceso de responsabilidad social que, en el modelo educativo de UNIMINUTO, tiene un carácter de investigación aplicada y comprometida con la comunidad. En fin, para favorecer la implementación de esta pedagogía praxeológica, se propone que se desarrolle un proceso dialéctico entre la teoría y la praxis, es decir, un enfoque que relacione acciones y ambientes educativos que pueden ser, en apariencia contradictorios, alrededor del desarrollo de las competencias profesionales en el proceso cognitivo que supone el quehacer educativo, que sólo tiene sentido cuando se logran aprendizajes significativos y pertinentes. Este enfoque dialéctico integra la dimensión liberadora y autonomizante de la pedagogía humanista y la pedagogía crítica a la dimensión socializante más tradicional de la educación. ???? Así, estaremos construyéndonos como auténticas personas capaces de decisiones socialmente responsables: • Como sujeto de deseos pleno de potencialidades y/o posibilidades. • Como ser praxeológico que actúa permanentemente, que construye y reconstruye. • Como individuo racional que reflexiona y analiza críticamente lo que percibe y vive. • Consciente de sí mismo, es decir, capaz de identificar sus dimensiones y potencialidades. • Libre y autónomo al ser capaz de optar y responsabilizarse de sus decisiones. • Actuando en un conjunto de relaciones e interacciones sociales, lo que implica otras dimensiones constitutivas de su ser como lo ético, lo histórico y lo político. • Y que siempre está en camino, en proceso de trascender (por eso es educable): la persona es un proyecto inacabado, bviamente, la expresión más sencilla de la presencia del ser humano en el mundo la da su corporeidad. Previo a sus pensamientos, sentimientos, ideales o sueños, lo primero que identifica a una persona es su cuerpo. Podemos decir que no sólo “tenemos un cuerpo” sino que “somos un cuerpo”, ya que nuestra carga genética nos hace únicos y diversos entre semejantes, individuos al interior de una especie común. La configuración genética determina las características corporales del individuo; si una sola cambia ya se trata de otra persona totalmente diferente, porque la menor variación de su corporeidad daría como resultado un modo distinto de relacionarse consigo mismo y con el entorno. El semblante puede expresar una variedad de sentimientos y emociones surgidas del fondo de la persona: lágrimas de alegría o de dolor, sonrisa, el ceño fruncido, el color de las mejillas, todo es indicativo de lo que ocurre en nuestro interior. También, la postura corporal comunica algo de nuestra interioridad: caminar con las manos entre los bolsillos puede ser signo de timidez o cansancio, levantar los hombros señala altivez o suficiencia, mantener brazos o piernas cruzados indica hermetismo y encerramiento. Un pestañeo al responder puede significar inseguridad. El cuerpo siempre está diciendo lo que somos, sentimos o deseamos, no podemos evitarlo. Es una de nuestras formas de comunicarnos, uno de nuestros lenguajes. El cuerpo humano es un organismo biológico muy complejo y perfectamente estructurado: sistema nervioso, estructura ósea, masa muscular, visión, olfato, oído; todo tiene su lugar en ese mecanismo asombroso que es el cuerpo humano. También, las características sexuales son importantes en la configuración de la persona: establece no sólo rasgos físicos y psicológicos, sino también un modo concreto de ser y de actuar, pues el género tiene implicaciones profundas en la personalidad. La diversidad sexual hace que, aunque iguales en dignidad y condición, seamos diferentes en comportamientos, capacidades físicas, estructuras psicológicas, que lejos de apartarnos deben permitirnos mayor complementariedad. ???? DIFERENCIAS FISICAS, UNIMINUTO RESPONSABILIDAD La responsabilidad puede pensarse como una reacción ante la individualización y la fragmentación de nuestras sociedades, destinada a ofrecer nuevas bases éticas para la vida en común. Pero, no debería reducirse, sobre todo en términos educativos, a la idea de conformidad o adhesión., EL SENTIDO DE LA VIDA EL SENTIDO PRODUCTIVISTA cotidianamente expresamos el sentido de una experiencia señalando su utilidad (¿para qué me sirve?). Esta es la principal herencia de nuestra historia familiar y social: nuestros padres y abuelos orientaron el sentido de sus vidas en la utilidad de sus actos y en el poder que lograban sobre las cosas y las personas. Así, aprendimos que somos personas si somos útiles y poderosos, no importa la calidad de nuestra vida ni la realización de nuestros sueños y deseos, sino cuánto producimos y cuánto tenemos. Esta es una cosmovisión utilitarista-productivista, que propone un modo de ser y de estar en la vida, que aún prevalece en nosotros, pero que se gestó desde un estado de cosas muy diferente al actual: el estado de necesidad y carencia en que se encontraba la humanidad a finales de la Edad Media, lo que generó la lógica del “progreso” y forjó un modo de vivir que transformó lo existente hasta entonces. Hoy podemos cambiar el modo de ser y vivir centrado en este paradigma, porque ya no corresponde totalmente con nuestro mundo. No olvidemos que nuestra lógica espontánea (el “sentido común” que guía nuestras decisiones) todavía se basa en esta cosmovisión pro-ductivista. Pero hoy los sentimientos y deseos de muchos de nosotros ya no se alinean con ese modo de sentir y querer, aunque todavía actuemos desde él. Este desfase ocasiona una sensación de pérdida de sentido: ésta es la causa fundamental de la crisis de valores, costumbres e instituciones en que nos hallamos. El sentido productivo está enraizado y da forma a nuestras acciones cotidianas. Si de verdad queremos cambiar, tendremos que resignificar el sentido que orienta nuestro modo de ser y de actuar como personas auténticas y responsables, cotidianamente expresamos el sentido de una experiencia señalando su utilidad (¿para qué me sirve?). Esta es la principal herencia de nuestra historia familiar y social: nuestros padres y abuelos orientaron el sentido de sus vidas en la utilidad de sus actos y en el poder que lograban sobre las cosas y las personas. Así, aprendimos que somos personas si somos útiles y poderosos, no importa la calidad de nuestra vida ni la realización de nuestros sueños y deseos, sino cuánto producimos y cuánto tenemos. Esta es una cosmovisión utilitarista-productivista, que propone un modo de ser y de estar en la vida, que aún prevalece en nosotros, pero que se gestó desde un estado de cosas muy diferente al actual: el estado de necesidad y carencia en que se encontraba la humanidad a finales de la Edad Media, lo que generó la lógica del “progreso” y forjó un modo de vivir que transformó lo existente hasta entonces. Hoy podemos cambiar el modo de ser y vivir centrado en este paradigma, porque ya no corresponde totalmente con nuestro mundo. No olvidemos que nuestra lógica espontánea (el “sentido común” que guía nuestras decisiones) todavía se basa en esta cosmovisión pro-ductivista. Pero hoy los sentimientos y deseos de muchos de nosotros ya no se alinean con ese modo de sentir y querer, aunque todavía actuemos desde él. Este desfase ocasiona una sensación de pérdida de sentido: ésta es la causa fundamental de la crisis de valores, costumbres e instituciones en que nos hallamos. El sentido productivo está enraizado y da forma a nuestras acciones cotidianas. Si de verdad queremos cambiar, tendremos que resignificar el sentido que orienta nuestro modo de ser y de actuar como personas auténticas y responsables ???? GRANDES INTERROGANTES, PERSONA HUMANA LAZOS DE CONVIVENCIA Es importante invitar a quienes nos rodean (entorno familiar, laboral y social) a compartir esta búsqueda de sentido y a encontrar juntos nuevas formas de relacionarnos. Debemos aprender a vincularnos con ellos en tanto aliados que se potencian mutuamente, y no como jueces que dictaminan la “buena conducta” establecida. Debemos recuperar los lazos sencillos pero eficaces de la convivencia, de la solidaridad, de la responsabilidad mutua y del trabajo comunitario. Al activar en nosotros la capacidad de conectarnos con nuestros deseos, estaremos poten-Es importante invitar a quienes nos rodean (entorno familiar, laboral y social) a compartir esta búsqueda de sentido y a encontrar juntos nuevas formas de relacionarnos. Debemos aprender a vincularnos con ellos en tanto aliados que se potencian mutuamente, y no como jueces que dictaminan la “buena conducta” establecida. Debemos recuperar los lazos sencillos pero eficaces de la convivencia, de la solidaridad, de la responsabilidad mutua y del trabajo comunitario. Al activar en nosotros la capacidad de conectarnos con nuestros deseos, estaremos poten-, proyecto educativo praxeológico de UNIMINUTO, que se propone formar“los jóvenes soñadores de Colombia, capaces de darle un rumbo totalmente nuevo al país, para lograr dirigir la República por los nuevos caminos que ella anhela y necesita” (Rafael García-Herreros). En la base de este proyecto educativo encontramos una pedagogía de inspiración humanista, fundada en la fenomenología(1). Este enfoque define la unicidad de cada persona, precisandociertas condiciones relativas a la realización de sí mismo como persona (Rogers, 1979) y, sobretodo, a la actualización, desde su experiencia práctica, del potencial humano de cada uno (Maslow, 1998) que se expresa en sus deseos; de ahí el calificativo de praxeológica. La premisa central es que en condiciones de aprendizaje óptimas, aquellas que genera, entre otras, la reflexión sobre la acción práctica, los seres humanos tenderán a realizarse plenamente y aceptarán responsabilizarse de su propio desarrollo. Es el componente base de nuestro modelo educativo que hemos llamado “desarrollo humano” o proceso de realización personal. PRAXEOLOGÌA A esta visión autonomizante, es decir, no controladora, la pedagogía praxeológica integra elementos de responsabilidad social, como la concientización (Freire, 1997) y el compromiso que despierta a la persona y la invita a querer participar de un proyecto de sociedad fundado sobre la paz, la justicia y la solidaridad, contribuyendo profesionalmente a la construcción de comunidades autogestionarias, incluso si ello implica dejar atrás algunos de sus deseos personales. Corresponde al proceso de responsabilidad social que, en el modelo educativo de UNIMINUTO, tiene un carácter de investigación aplicada y comprometida con la comunidad. En fin, para favorecer la implementación de esta pedagogía praxeológica, se propone que se desarrolle un proceso dialéctico entre la teoría y la praxis, es decir, un enfoque que relacione acciones y ambientes educativos que pueden ser, en apariencia contradictorios, alrededor del desarrollo de las competencias profesionales en el proceso cognitivo que supone el quehacer educativo, que sólo tiene sentido cuando se logran aprendizajes significativos y pertinentes. Este enfoque dialéctico integra la dimensión liberadora y autonomizante de la pedagogía humanista y la pedagogía crítica a la dimensión socializante más tradicional de la educación., APRENDER A TOMAR DECISIONES PRUDENTES ???? (lo que se conoce como “forjar el carácter”). Quiere decir saber deliberar bien antes de tomar una decisión para realizar la elección más adecuada y actuar según lo que se ha elegido. Pero como no se trata sólo de elegir en un caso concreto y puntual, sino para toda la vida, por eso la ética nos impulsa a forjarnos un buen carácter (un “ethos”) para hacer buenas elecciones. Así, el carácter sería el modo de ser del que nos vamos apropiando a lo largo de la vida al hacer sucesivas elecciones en un determinado sentido (otra cosa es el temperamento, con el que nacemos y que no se puede cambiar). Podemos, pues, decir que la ética es un tipo de saber praxeológico, preocupado por averiguar cuál debe ser el fin de nuestro actuar, para que podamos decidir qué hábitos hemos de asumir, cómo ordenar las metas intermedias, cuáles son los valores por los que hemos de orientarnos, qué modo de ser o qué carácter hemos de incorporar, con objeto de obrar con prudencia, es decir, tomar decisiones acertadas. Y es claro que todo esto implica libertad (poder elegir ese camino u otro) y responsabilidad (responder por la elección hecha)., EL SENTIDO DE LA VIDA PROYECTO DE VIDA De todo lo que hemos dicho hasta ahora podemos proponer algunas sugerencias prácticas, fundamentales para la construcción o revisión del proyecto personal de vida: • Hay que atreverse a pensar por cuenta propia: plantearse sin temor las grandes cuestiones de la existencia. Un modo de lograrlo es escribir lo que se piensa; esto ayuda a reflexionar. • Es útil comunicar lo que pensamos sobre los grandes temas de la vida y contrastarlo con otras personas, venciendo el pudor que a veces nos impide hablar de ciertos temas. Hay que aprender a dialogar, a escuchar y a presentar nuestros puntos de vista de modo desapasionado: aceptar lo que nos aportan los demás y ofrecerles nuestro propio aporte. • Conviene fabricar un plan de lectura y disponer siempre de un tiempo para leer o estudiar. Antes de iniciar una lectura, es bueno asesorarse sobre la bibliografía más adecuada a nuestros deseos e intereses de tipo literario, histórico, filosófico, teológico. • Es provechoso transcribir en fichas las ideas y sugerencias más atrayentes de lo que leemos. Poco a poco podremos disponer de un acervo ordenado por temas que será enriquecedor repasarlo de vez en cuando., PERSONA HUMANA ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA PERSONA HUMANA DIMENSIÒN ETICA:LA MORAL