4.1 El contexto de la enseñanza.
No todos los actos didácticos tienen las mismas características sustanciales; no es igual la enseñanza que se planifica con unos requisitos de la Administración y se produce en un espacio escolar (aula, taller, biblioteca,...) que otra que se dedica a conseguir aprendizajes en una institución dedicada a aprovechar el tiempo de ocio, donde la Administración no tiene nada que decir. En los dos casos ha habido enseñanza y ha habido aprendizaje, pero el contexto global es distinto.
a)
La enseñanza formal es aquélla que posee las coordenadas básicas de
intencionalidad y de sistematización, la cual está sujeta a una serie de
requisitos normativos establecidos por la Administración pública. Es el caso de
la Educación Infantil, la Educación Primaria, la Secundaria Obligatoria, la
Formación Profesional, el Bachillerato y la Enseñanza Universitaria. En todas
ellas se observa:
Aunque todo está previsto y todo se determina dentro de una normativa, el actual sistema educativo español permite un nivel de autonomía importante a los centros docentes, tanto en el desarrollo y aplicación del curriculum como en la gestión del centro.
b)
La enseñanza no formal también se caracteriza por la intencionalidad y
la sistematización: hay unos objetivos iniciales que dirigen la programación,
el proceso y la evaluación. Aquí predomina un tipo de normativa propia de la
institución o colectivo sin tener en cuenta a la Administración educativa,
aunque no por ello se han de perder de vista los objetivos propuestos y la
sistematización propia de las estrategias metodológicas.
c)
En la enseñanza informal se produce un aprendizaje de alto nivel de
integración, a pesar de que no existen ni la intencionalidad educadora ni la
sistematización interactiva, ni la evaluación. En la enseñanza informal se
produce el aprendizaje al interiorizar, almacenar y tratar las informaciones
que se reciben del medio físico y social en el que se interactúa para
asimilarlas e integrarlas como personal.