4.1   El contenido del aprendizaje: áreas y disciplinas.

 

En primer lugar, el propósito general es conseguir la construcción del pensamiento, de la afectividad y del mundo psicomotor del individuo inmerso en la actividad didáctica. Pero las capacidades humanas no se construyen si no hay una base de sustentación que les fundamente para que actúen e interactúen. Esta base fundamental está formada por los contenidos que es necesario aprender.

 

Este contenido, además de ser relevante, actual y objetivo, ha de haber sido seleccionado con el criterio de pertenencia a la cultura de la sociedad propia del individuo.

 

Así pues, los contenidos del curriculum, distribuidos en las áreas y disciplinas, son los propios de la cultura de las personas que, primero de manera informal y posteriormente de manera formal y no formal, son base de su aprendizaje.

 

El modelo curricular por el que ha optado el nuevo sistema educativo es el pluridisciplinar y de integración de los diferentes contenidos (conceptual, procedimental y actitudinal), preludio del aprendizaje significativo, en lugar de limitarse a disciplinas concretas (aritmética, geometría, álgebra,...) que casi siempre acaban configurando un modelo multidisciplinar. La interdisciplinariedad sigue siendo una utopía.

 

En la página siguiente presentamos la propuesta curricular que hace la LOGSE:


 

 

 

QUÉ SE HA DE ENSEÑAR

 
 

 

 

 

 


Selección y secuenciación

de objetivos y contenidos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CÓMO SE HA DE ENSEÑAR

 

CUÁNDO SE HA DE ENSEÑAR

 
 


                               Estrategias

                                                                       Temporalización

                               Metodología

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Evaluación

QUÉ, CÓMO Y CUÁNDO SE HA DE EVALUAR

 
 

 

 

 

 

 


 


4.2  Reflexión sobre los errores y vicios en la práctica educativa.

 

Sólo una buena integración de los aprendizajes culturales nos garantiza el hecho de que el hombre o la mujer puedan entrar a formar parte del grupo de transformadores de los valores sociales, proceso éste que puede ser impedido por algunas de las prácticas consolidadas en los centros, plagadas de rutinas:

 

·        La tendencia logocéntrica: Existe en el docente una obsesión por explicar todo lo que prevé el programa de contenidos de la ciencia, del saber, de la tecnología y del arte. Cada vez es más difícil “darlo todo”. Cada día es más urgente enseñar al alumno la necesidad de seleccionar. La LOGSE recalca la función selectiva de los contenidos cuando habla de estructurar la base del curriculum. Los aprendizajes nacidos de la experiencia vital de las personas, siempre que sea posible, y la selección de los contenidos en base a la maduración psicológica del alumnado han de ser la base del curriculum que ayude a superar el viejo vicio del proceso didáctico logocéntrico.

·        La falta de intencionalidad del docente: La manera en que el profesor enfoca el contenido de enseñanza desde el momento pre-activo, de qué forma influye su postura en la interacción y qué repercusiones se dan en el momento post-activo así como la íntima conexión entre la intencionalidad culturizadora y la intencionalidad formal son piezas claves en el acto didáctico.

·        El memorismo mecanicista: Podríamos empezar diciendo que “ninguno lo quiere, nadie lo busca, pero todos lo tienen”. Es lo que sucede con el aprendizaje memorístico de carácter mecánico: el profesorado se esfuerza en buscar actividades que consigan aprendizajes significativos, el alumnado se queja de que los exámenes son muy memorísticos, los especialistas insisten en que se adecuen los programas a las necesidades de los alumnos y de sus capacidades y, entre todo esto, las familias reclaman evaluaciones con notas numéricas.

La causa fundamental del memorismo mecanicista es la inadecuación entre la exigencia de los contenidos del aprendizaje y las posibilidades cognitivas, afectivas y conativas del alumno.

La repetición del esquema de estrategias metodológicas a la manera del modelo humanista (explicación, repetición, trabajo sobre la explicación, repetición) convierte el aprendizaje en un proceso mecánico que acaba en un aprendizaje memorístico. Este aprendizaje no tiene la suficiente potencia de almacenaje ni la necesaria fluidez de recuperación para usarlo cuando sea necesario. Esto creará una laguna instructiva y un vacío en los aprendizajes básicos.

 

Es imprescindible pues:

 

1)     Seleccionar los contenidos de aprendizaje de acuerdo con los criterios de importancia que la comunidad educativa decide para cada curso y de acomodación a las capacidades de los alumnos.

2)     Secuenciar los contenidos en función de su nivel de inclusión y generalización en el proceso de aprendizaje significativo.

 

 

 

3)     Acomodar estos contenidos (seleccionados y secuenciados) a la realidad de las posibilidades del alumno para el aprendizaje; esta posibilidad proviene del momento de desarrollo y maduración en el que se encuentra. De aquí la importancia de una disponibilidad variada de estrategias metodológicas.